Al mejorar la supervivencia de los niños y adolescentes tratados por linfoma, también ha aumentado la comunicación de aparición de efectos tardíos debidos a los tratamientos tales como muerte temprana, aparición de segundas neoplasias o disfunción de órganos (corazón, pulmón, gónadas…) que pueden alterar el desarrollo normal, la fertilidad… disminuyendo la calidad de vida.
Permanece la discusión de si tratar sólo con quimioterapia o bien con tratamiento combinado (quimioterapia más radioterapia) en algunas entidades como el linfoma de Hodgkin, teniendo en cuenta la necesidad de disminuir la toxicidad a largo plazo, pero sin disminuir la eficacia.

A continuación se enumeran algunas de las toxicidades producidas por los tratamientos y la enfermedad.

TOXICIDAD CARDIACA
Se suele manifestar en forma de miocardiopatía, pericarditis y/o insuficiencia cardíaca, pudiendo ocurrir años después de los tratamientos. Guarda relación con el uso de antraciclinas y es dosis dependiente. El riesgo de toxicidad cardíaca aumenta con la administración de radioterapia sobre mediastino; también con el uso de ciclofosfamida y algunas otras drogas.

TOXICIDAD PULMONAR
Puede producirse fibrosis pulmonar o neumonitis intersticial, sobretodo en los pacientes en que se utiliza Bleomicina y radioterapia torácica.

TOXICIDAD SOBRE EL SISTEMA ENDOCRINO
Puede haber riesgo de daño sobre el Tiroides en los casos en que se administra radioterapia, con aparición de hipotiroidismo, hipertiroidismo o neoplasias.
Disfunción gonadal en los pacientes que reciben tratamiento con agentes alquilantes o radioterapia abdominopélvica o gonadal. Alteraciones de la espermatogénesis. Retraso puberal. Oligomenorrea. Alteraciones del crecimiento.

SEXUALIDAD Y FERTILIDAD
Sobretodo por el uso de alquilantes, puede producirse infertilidad, retraso puberal, disfunción sexual, menopausia.

SEGUNDAS NEOPLASIAS
Existe un mayor riesgo (riesgo relativo) de aparición de segundas neoplasias en los pacientes tratados de Enfermedad de Hodgkin y Linfoma no Hodgkin, en particular en los que han recibido radioterapia, agentes alquilantes (quimioterapia MOPP). Entre éstas destacan las neoplasias de mama, tiroides y las leucemias secundarias, así como las neoplasias de la piel.

TOXICIDAD NEURO-PSICOLÓGICA
Pueden producirse síndromes de ansiedad, depresión y estrés postraumático. También pueden producirse déficits neurológicos e intelectuales. En relación con administración a altas dosis de algunos medicamentos o su inyección intratecal y radioterapia craneal (linfomas de sistema nervioso)

PSICOSOCIAL
Problemas de adaptación, educativos, depresión, estrés postraumático.

PIEL
Sobretodo en zonas de radioterapia.

OCULAR
Cataratas, retinopatía.

OIDO
Pérdida auditiva.

MAMA
Hipoplasia, neoplasias. En relación con radioterapia torácica.

RIÑON Y VEJIGA
Cistitis hemorrágica, lesiones de vejiga, etc. sobretodo en relación al algunos medicamentos (ciclofosfamida)

TOXICIDAD DENTAL Y OSEA
Puede producirse osteopenia, osteoporosis, etc. por el uso de corticoides, metotrexato, radioterapia o trasplante hematopoyético. También pueden influir el estilo de vida y la predisposición genética. En algunos casos escoliosis.
En los casos de radioterapia craneal también pueden producirse alteraciones de la dentición.

TOXICIDAD HEMATOLÓGICA
A veces puede quedar una aplasia o hipoplasia medular consecuencia de los tratamientos de quimioterapia, trasplante medular y/o radioterapia.

TOXICIDAD SISTEMA INMUNE
Derivadas de la esplenectomía o de asplenia en algunos casos de EICH.

TOXICIDAD DIGESTIVA Y HEPATICA
En algunos pacientes puede haber complicaciones por virus de hepatitis en relación con transfusiones previas. También en algunos casos puede haber alteraciones intestinales por perforación, cirugía y/o otras complicaciones durante los tratamientos

Es necesario pues un seguimiento multidisciplinario a largo plazo de los pacientes que han superado la enfermedad, para un diagnóstico y tratamiento precoz de estas alteraciones tardías en caso de que puedan aparecer.
Este seguimiento deberá ser individualizado según las características de cada paciente y siguiendo las recomendaciones de las guías de práctica clínica.

Bibliografía


American Academy of Pediatrics Section on Hematology/Oncology Children′s Oncology Group. Long-term follow-up care for pediatric cancer survivors. Pediatrics. 2009;123(3):906-15.

Aziz NM, Oeffinger KC, Brooks S, Turoff AJ. Comprehensive long-term follow-up programs for pediatric cancer survivors.Cancer. 2006;107(4):841-8.

Bottomley SJ. Late effects of childhood cancer therapy. J Pediatr Nurs. 2003; 18(2):126-133.

Haddy TB et al. Late effects in long-term survivors of high-grade non-Hodgkin´s lymphomas. JCO 1998; 16: 2070-2079.

Henry-Amar M. Long-term problems. En Hancock BW, Selby PJ, MacLennan K, Armitage JO. Malignant Lymphoma. Arnold. London 2000.pp: 421-436.

Indiano Arce JM. Efectos secundarios y segundas neoplasias en oncología pediátrica. En: Muñoz-Villa A. Tumores pediátricos. You & Us SA. Pp:147-156.

Robison LL, Bhatia S. Late-effects among survivors of leukaemia and lymphoma during childhood and adolescence. British Journal of Haematology 2003, 122: 345-359

Skinner R, Wallace WH, Levitt GA; UK Children′s Cancer Study Group Late Effects Group. Long-term follow-up of people who have survived cancer during childhood. Lancet Oncol. 2006;7(6):489-98.

Wasilewski-Masker K, Kaste SC, Hudson MM, Esiashvili N, Mattano LA, Meacham LR. Bone mineral density deficits in survivors of childhood cancer: long-term follow-up guidelines and review of the literature. Pediatrics. 2008;121(3):e705-13.

Wolden SL, Chen L, Kelly KM, Herzog P, Gilchrist GS, Thomson J, et al. Long-term results of CCG 5942: a randomized comparison of chemotherapy with and without radiotherapy for children with Hodgkin′s lymphoma–a report from the Children′s Oncology Group. J Clin Oncol. 2012 Sep 10;30(26):3174-80.

Yeh JM, Diller L. Pediatric Hodgkin lymphoma: trade-offs between short- and long-term mortality risks. Blood. 2012 Sep 13;120(11):2195-202.