El mieloma múltiple es un tipo de cáncer que se caracteriza por la proliferación de células plasmáticas clonales que producen un aumento de inmunoglobulinas en suero y/o orina (componente M) y se asocia a daño orgánico, lo que se conoce con el nombre de CRAB.
Representa aproximadamente el 1% de los cánceres, el 10-15% de los hematológicos y el 20% de las muertes por neoplasias hematológicas.
Su incidencia es de 3-5/100.000 habitantes/año y la edad media al diagnóstico de 65 años. Sólo el 15% de los pacientes tiene al diagnóstico menos de 50 años.
Actualmente no existe una cura definitiva para el mismo con los tratamientos disponibles.
La supervivencia varía entre menos de 6 meses y más de 10 años (mediana aproximada de 5.5 años)
En la enfermedad se afecta el hueso de forma generalizada, siendo los sitios más frecuentes los de hematopoyesis más activa tales como vértebras, costillas, cráneo, pelvis, fémur, clavícula y escápula.
Los pacientes tienen dolor, fracturas, complicaciones osteoneurológicas, hipercalcemia y anemia. También se producen con más frecuencia infecciones por la disminución de las inmunoglobulinas normales (herpes, neumonía …). Otro problema importante que puede producirse es insuficiencia renal debida a daño tubular debido a la excreción de cadenas ligeras de las inmunoglobulinas.
Para su estudio se realizan distintas pruebas: analíticas de sangre y orina, estudio de médula ósea y pruebas de imagen (radiografías, resonancia magnética, PET/TAC). El diagnóstico se establece aplicando los criterios del International Myeloma Working Group.
El pronóstico, de forma general, se establece con los índices pronósticos que se elaboran con datos analíticos y de citogenética. Uno de los más importantes es el R-ISS que clasifica a los pacientes en estadio I, II y III utilizando datos analíticos (cifras de beta-2-microglobulina, albúmina, LDH) y de citogenética (iFISH de t(4;14) y del(17p).